1 feb 2007



Y por qué,
digo,
otra vez te miro y canso los ojos de mirar rendido.
Siempre,
como nunca.
¿Y si cuando vuelvo como y trago a mares el resto de mis días,
o los sirvo para vos o les escurro mis vicios,
o los tiño cada vez con un color distinto
o los mareo en zancos o encima tuyo
porque no puedo convencer al pasado de venir distinto de lo que fue?
Echado en el justo mismo principio,
el peso tuyo.
…Ta´ bien.

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