13 feb 2007

...sigo...es más...

- Es como si todo en lo que creyese fuera un talento -

¿Y usted?, preguntará…

Lo que sigue lo junte de por ahí, de pasillos, eso es, depasillos.

Hace ya algún tiempo que no funciona. Todo parecía mejorar, pero un día, en un suspiro, se detuvo. Con esto quiero decir: dejó de existir.
Se puede preguntar: ¿función y existencia se condicionan o se determinan mutuamente?
Se puede responder: se condicionan.
Se puede responder: se determinan.
Ahora bien: ¿se puede formular esa pregunta? Se responde: si o no.
Continúo, es decir: se puede.
Toda pregunta, se sepa o no, abre determinadas posibilidades de respuesta y cierra el espacio a otras posibles respuestas.
¿Se puede preguntar abiertamente? Respuesta: no.
Usted, ¿para qué pregunta? Respuesta: para que si.
¿Para qué preguntar? Respuesta: para demostrar lo que se sabe o para mostrar lo que se desconoce.
Resumen: siempre se pregunta por (y en) lo que se conoce.
¿Se pregunta por lo desconocido? Respuesta: no, nunca. Entonces, ¿todo se sabe? Respuesta: No, no se sabe. ¿Sabe?, no. ¿qué?, todo o nada.
Lo que se sabe, se sabe en su totalidad. Lo que no se sabe, se desconoce en su totalidad. Lo que si y lo que no es todo lo que hay. Entonces: de lo que hay, hay un parte que no se sabe.
¿Cómo puede existir, si nos es desconocido? Respuesta: no puede. Lo que puede y lo que no puede se divide de acuerdo a nuestra capacidad de conocer, es decir: lo desconocido no existe.
Por ende: nunca se pregunta por lo que no existe, es decir: siempre preguntamos por lo que existe que es aquello que ya sabemos.
Conclusión: Preguntar menos
- ¿Para qué?
- …
- …
- Eso es. Gracias.

Y si


Un humorista que descubrí, como todo lo demás, por casualidad (habrá más, tal vez)